Habrán sido múltiples las ocasiones en las que, paseando, conduciendo o incluso viajando en algún trayecto en avión, habéis podido observar unas líneas bien marcadas en las laderas de nuestras sierras, y de forma general, paralelas al horizonte.
La mayoría, aún no sabiendo como denominarlos, conocemos que son; remarcan cambios en la vegetación, en las especies e incluso en el propio material que constituye la montaña. ¿Vosotros cómo los llamáis?
Pisos bioclimáticos o pisos de vegetación.
Estos, son una categorización de zonas geográficas que se basa en las características climáticas y ecológicas de cada región. Estos pisos se definen de acuerdo con la altitud y la temperatura, y generalmente representan diferentes niveles de vegetación y biodiversidad en función de las condiciones climáticas.
En una montaña, por ejemplo, se pueden identificar varios pisos bioclimáticos a medida que se asciende desde las zonas más bajas hasta las más altas. Cada piso bioclimático tiene sus propias características de temperatura, humedad y tipos de vegetación.
Se suele atender a que aproximadamente cada 1000 metros de altitud, la temperatura desciende 6ºC, esto denota la capacidad que tienen numerosas especies de soportar temperaturas y condiciones climáticas diferentes a sus especies hermanas.
Aproximadamente el 10% de las especies vegetales conocidas en el mundo se encuentran en hábitats de montaña. Las montañas son consideradas “islas” ecológicas debido a las diferentes condiciones climáticas y ambientales que se encuentran a medida que se asciende en altitud. Esto ha llevado al desarrollo de una gran diversidad de especies adaptadas a estas condiciones únicas.
Debemos ser consecuentes y conocedores de las circunstancias que nos rodean en el presente, pues partiendo de la base que un solo árbol en un bosque puede llegar a albergar más de 100 especies diferentes. Imaginemos la capacidad medioambiental que genera una sola hectárea de terreno montañoso, capaz de albergar hasta 3000 especies de plantas.
¿Qué diferencias tienen entre ellos?
Los pisos bioclimáticos y los pisos de vegetación están estrechamente relacionados y a menudo se utilizan de manera intercambiable, ya que ambos conceptos describen la distribución de la vegetación en función de las condiciones climáticas y altitudinales. Sin embargo, hay algunas diferencias sutiles entre estos dos términos.
- Los pisos bioclimáticos: se centran en las condiciones climáticas y la temperatura a medida que cambian con la altitud.
- Los pisos de vegetación: por otro lado, se enfocan en la distribución de tipos específicos de plantas en función de las condiciones climáticas y altitudinales.
Como todo en la naturaleza, tienen una importancia sustancial y se ven igual o incluso más afectados por el cambio climático.
¿Cómo influye el cambio climático en los pisos de vegetación?
El cambio climático tiene un impacto directo en los pisos de vegetación, ya que las condiciones climáticas son un factor fundamental que determina qué tipos de plantas pueden crecer y prosperar en diferentes altitudes. A medida que las temperaturas aumentan y los patrones climáticos cambian, los pisos de vegetación pueden experimentar una serie de efectos que alteran su composición y distribución.
Las condiciones presentes, podrían denotar cambios y desplazamientos altitudinales de estos pisos. Imaginemos que una especie concreta de pino de la Sierra de Guadarrama está adaptada a una temperatura media de 15 grados. Si la temperatura aumenta, la población de pino deberá ir trasladándose hacia zonas superiores de la Sierra donde la temperatura siga estando entorno a los 15 ºC.
De esta forma, el cambio climático puede condicionar la distribución de especies; algunas especies podrían migrar hacia altitudes más altas o bajas en busca de condiciones que se adapten mejor a sus necesidades. Esto puede llevar a la competencia con especies nativas en esas áreas y afectar el equilibrio ecológico.
En ocasiones podríamos incluso hablar de extinciones masivas. Las especies que están altamente especializadas y adaptadas a condiciones específicas de un piso bioclimático pueden estar en riesgo de extinción si sus hábitats se ven afectados por el cambio climático. Las temperaturas más cálidas y otras alteraciones pueden dificultar su supervivencia y reproducción.
Y algo que nos toca de cerca en nuestro territorio nacional y que podría llegar a afectar si seguimos la evolución del cambio climático, serían los regímenes hídricos; los cambios en los microclimas montañosos afectarían a las temperaturas y los patrones de lluvia. Consiguiendo impactar en la disponibilidad de agua en diferentes altitudes. Esto puede afectar la vegetación, la vida animal y las comunidades humanas que dependen de estos recursos.
La naturaleza es sabia y conseguirá seguir adaptándose a pesar de los cambios que puedan producirse. Pero está en nuestra mano poder ayudarla y conservarla.
Ahora, cada vez que veas una línea que corta la montaña paralela al horizonte, recuerda, miles de especies conviven adaptadas al entorno, cuidémoslo y permitamos que la biodiversidad siga su camino.