Si estás pensando en conseguir crédito, ya sea para comprarte una casa o para financiar tu empresa, sabes de sobra que los tipos de interés no parece que vayan a bajar pronto. Toca armarse de paciencia y quizás pensar en buscar otro tipo de crédito… y… ¿por qué no pensar en créditos de carbono? Al fin y al cabo, ¿hay alguna mejor inversión que esa de cara a nuestro futuro?
Los créditos de carbono están de moda, pero no porque sean baratos, sino porque son necesarios. Te explicamos lo que son: se definen como un instrumento internacional que permite a empresas y países compensar las emisiones de dióxido de carbono (CO2), a través de proyectos como los que llevamos a cabo en ReTree. Su unidad son las toneladas. Un crédito (o bono) de carbono, equivale a 1 tonelada de CO2.
Sí, si tu organización ha plantado, puede decir que es poseedora de créditos de carbono. Pero quizás te preguntes… ¿para qué sirven? En efecto, por ahora estos créditos sobre todo se usan para compensar emisiones y no para comprar casas o invertir en empresas. Y se podría decir que esta utilidad es probablemente la más importante.
Pero ya hay empresas y personas que están invirtiendo en ellos de otras maneras. Al fin y al cabo, sirven como cualquier producto de inversión, que cuanto más caro es, más rentabilidad ofrece. Plantar un bosque pronto se puede convertir en una inversión por el simple hecho de que absorbe CO2.
En realidad, si lo piensas, ¿qué diferencia hay entre dinero, oro, propiedad o carbono? En todos los casos, el valor depende del mercado. Y si piensas que un crédito de carbono no sirve para nada, pregúntate si los árboles que absorben ese carbono no están “construyendo” (o reconstruyendo, mejor dicho) nuestros entorno. Además, piensa en otras cosas qué hace un bosque por ti (y por la sociedad):
- Almacenan carbono – luchando contra el calentamiento global
- Regula el clima – más allá de reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera, los árboles retienen humedad y evitan la irradiación directa del sol, ralentizando la evaporación
- Regulan el ciclo del agua y contribuyen a que se infiltre en el suelo, evitando por un lado la erosión derivada de la escorrentía y contribuyendo a un aumento de la humedad, que causa más precipitación.
- Son un hábitat para la biodiversidad – son el hogar de múltiples seres vivos que interactúan entre si y le ofrecen resiliencia a un ecosistema que necesita seguir viviendo en equilibrio para poder ofrecer todos los servicios anteriores. A mayor complejidad, mayor la madurez del ecosistema y mejores los resultados a todos los niveles.
En efecto, los fondos de inversión ya se han puesto las pilas. Y es que el mercado voluntario de carbono prevé un crecimiento exponencial en los próximos años (se habla de que crecerá 15 veces de aquí a 2030 y 100 veces de aquí a 2100). Ingredientes perfectos para cualquier inversión. Ya hay muchos fondos verdes que son conscientes de este potencial y están apostando fuerte. Así que… ya sabes, si estás pensando en pedir crédito. No te hipoteques aún. Invierte en el planeta y todos saldremos ganando.