Muchos nos pedís que tratemos temas cotidianos sobre sostenibilidad. Como transporte, alimentación, DUCHAS FRIAS 😉, pero… Hoy vamos a llevarlo un poco más lejos.
Cuando estamos disfrutando con amigos de unas cervezas en una terracita al sol, hemos observado que no todos pedimos la cerveza igual. Hay quien la disfruta más si se la sirven del grifo, otros que de botellín y, los menos, de lata. ¿Por qué ocurre esto?
No tenemos la respuesta a semejante comportamiento extraño, ya que todos sabemos que la mejor cerveza es la de grifo.
Pero lo que sí sabemos es cuál de todos los amigos contamina menos con su cerveza.
Es evidente que transportar cerveza en lata es menos pesado que transportar cerveza en botellín. Además, se almacena más fácilmente. ¿Será por eso por lo que casi todo el mundo compra latas en el súper? Venga, en tema transporte le damos un puntito a las latas.
Sin embargo, es cuando hablamos de reciclabilidad (prueba a decir esta palabra tres veces seguidas sin trabarte), cuando todos nos volvemos expertos ambientólogos. Sabemos que reciclar vidrio gasta mucha energía, más que reciclar el aluminio. Esto parece que inclina la balanza aún más hacia las latas ¿verdad? Sin embargo, qué pasaría si evitamos romper el vidrio para volver a usarlo. Sería tan sencillo comosimplemente lavarlo, desinfectarlo y REUTILIZARLO. Ahí dejamos la idea para que los gobernantes tomen nota, que esto ya se hace en otros países. Hacer eso mismo con latas no es viable, además ¿quién no la espachurra antes de tirarla?
Nos quedaría un factor más por analizar, y uno muy importante: el origen. No es lo mismo obtener arena (material con el que se fabrica el vidrio) que minar bauxita (aluminio). Así que, a no ser que estemos seguros de que el aluminio de nuestras latas es reciclado, el vidrio se postula claramente como la mejor opción. Se evitaría así el fomento de nuevas explotaciones de bauxita que expulsan grandes cantidades de polvo a la atmósfera.
Hasta aquí muy bonito todo, pero nos olvidamos del tercer participante de nuestro concurso: el grifo. Protagonista en bares, tanto grifo como el tanque es reutilizable un millón de veces y se sirve en un vaso “lavable” (espero que nadie beba cerveza en vaso de plástico). Y no nos olvidemos, la cerveza de grifo está más rica y se conserva mejor gracias a la presión constante del tanque. Presión que además se libera, permitiendo que el gas se libere (y nos siente mejor al estómago) cuando se tiran esas cañas maravillosas 🍻
Así quedaría por tanto nuestro ranking de más a menos sostenible:
- Grifo
- Botellín
- Lata
No queremos incitar a nadie al consumo de alcohol, pero… si os veis obligados… ¡ya sabéis que las cañas que mejor le sientan al planeta vienen de grifo! 😜