Quienes hayáis pasado este agosto en España, habréis podido comprobar de primera mano el calor incesante que no nos ha dado respiro en prácticamente todo el mes. Las olas de calor son habituales de esta época del año, pero no podemos decir lo mismo de su duración, que se ha incrementado en los últimos tiempos y se ha visto especialmente acentuado este año. De hecho, lo que hemos vivido este verano se le llama “cúpula de calor”, un embolsamiento de aire caliente debido a un bloqueo anticiclónico.
Como ya te hemos adelantado en algún artículo previo, hemos iniciado este año el ciclo de “El Niño”, que se asocia con una subida generalizada de la temperatura media global y que nos dejó allá por 2017 los últimos récords de temperatura, que ya estamos superando este verano. Uno de los fenómenos que estamos observando, son las olas de calor más persistentes y duraderas, que además aparecen de media 49 días más al año que comparando datos de 1960.
Las altas temperaturas del mar (que son también de récord) unido a las altas presiones han generado el mismo efecto que produce una tapa de una olla, calentando el aire caliente por compresión. Esto conlleva también récords en temperaturas nocturnas, que seguro que has podido notar en tus propias carnes.
Esta disrupción en el sistema puede provocar un incremento considerable de lluvias torrenciales, que está previsto para las próximas semanas en Europa. Veremos la suerte que tenemos en España, donde este fin de semana se prevén fuertes lluvias.
Con todo este panorama desde ReTree vemos con preocupación la prácticamente nula precipitación que ha habido, que hace muy difícil nuestro trabajo. Las lluvias de verano son cruciales para la supervivencia de nuestros árboles, que, aun programando riegos, sufren mucho en estas condiciones. La lluvia torrencial tras largas sequías es altamente peligrosa debido a la compactación del suelo, que impide la entrada del agua en las capas más profundas y produce gran erosión y deslizamientos de tierra.
Todo este calor tiene otra consecuencia, que son los incendios forestales, que han vuelto a ser importante en número en España, aunque menores que el año pasado, que pasó a la historia como el más grave en superficie afectada, con un total de 310.000 hectáreas quemadas. Por ahora el incendio de Tenerife ha sido el más destacado con 15.000 hectáreas quemadas, aunque a nivel europeo Grecia se lleva la palma registrando el incendio forestal más grande de la historia (90.000 ha) , que a fecha de hoy sigue descontrolado.
Por no dejarte con el cuerpo completamente helado, nos gustaría compartir contigo el principal punto positivo que nos ha regalado Agosto y es la apertura de un nuevo proyecto en la Sierra de Madrid, en el que proseguiremos trabajando con todo el que se una a nuestro particular contramovimiento. Para los que sabemos lo que cuesta reforestar solamente una hectárea deseamos que ojalá la tendencia se invierta pronto y podamos dedicarnos a hablar solamente de recuperar áreas y no de perderlas.